La primera Xbox se lanzó el 15 de noviembre del 2001, pero la historia de la consola se remonta a 1993, cuando Microsoft decidió que su próximo sistema operativo (Windows 95) estaría orientado a facilitar la programación de videojuegos y contenido multimedia, un mercado al que hasta entonces la compañía no se había sentido cómoda en abordar, pero que estaba creciendo a pasos agigantados.
Uno de los problemas para la compañía surgió cuando la PlayStation de Sony arribó al mercado y logró que muchos jugadores de PC migraran a las consolas. Por eso la compañía comenzó a pensar que tal vez no sería una mala idea incursionar en el mercado de las consolas caseras. A pesar de los malos augurios, Gates confiaba en el potencial de su producto. Pocos sabían que Microsoft, en un primer intento para conocer de cerca a la industria de los videojuegos, colaboró en 1998 con Sega.
Finalmente, por medio de un comunicado, el 10 de marzo de 2000 se confirmó el nuevo proyecto y su nombre oficial: Xbox, conservando sólo la “X” del nombre original. A pesar de que no tener una franquicia importante en su lanzamiento —y contar con una horrible campaña publicitaria—, esto le sirvió para apoyar con todo a juegos con gran potencial, como Halo: Combat Evolved, un juego exclusivo de la plataforma realizado por el estudio Bungie (que terminó por convertirse en la principal franquicia de Microsoft cuando la compañía compró a Bungie) y Star Wars: Knights of the Old Republic; además apostó por tener una buena relación con varias desarrolladoras, como Electronic Arts, que le permitieron lanzar paquetes con los juegos de FIFA (en América Latina y Europa) y Madden NFL (en Estados Unidos y Canadá); sin mencionar los juegos exclusivos como Project Gotham Racing 2, Dead or Alive 3 o Ninja Gaiden Black.